...nos encuentra retomando una comunicación que aspira a promover las necesarias reflexiones acerca del conflicto desatado alrededor de nuestras islas australes, de las cuales nos separa la acción de una potencia colonial que sostiene prácticas de violencia y usurpación propias del imperialismo del siglo XIX. La Guerra de Malvinas es una herida abierta en nuestra comunidad política, remite a un pasado complejo en el que miles de jóvenes se vieron obligados a luchar en una guerra mal planificada y peor conducida por una dictadura que tenía como antecedente inmediato haber torturado y desaparecido a miles de argentinas y argentinos. Y en esos jóvenes queremos detenernos. La antropóloga Rosana Guber explica el modo en que los “chicos de la guerra” se convirtieron casi de inmediato en “veteranos” para una sociedad que los marginó y no pudo integrarlos de manera plena a la vida adulta luego del conflicto. Uno de los tantos desafíos que debieron enfrentar los gobiernos democráticos a partir del año 1983, fue resolver las demandas de reconocimiento y mejora de las condiciones de vida de aquellos que sirvieron a la patria en el conflicto del Atlántico sur. Mucho es lo que se ha escrito sobre la guerra y mucho es lo que aún nos sigue interpelando. “La victoria no da derechos…”. Luego de la guerra de la Triple Alianza, el ministro de relaciones exteriores de Sarmiento, Mariano Varela, pronunció esa frase que aún resuena, en referencia a las aspiraciones territoriales de los países triunfantes que amenazaban con desmembrar por completo al Paraguay. Lamentablemente, la potencia asertiva de esa frase proclamada a fines del siglo XIX no se corresponde con lo que efectivamente sucedió en aquel conflicto y con lo que sucede hoy en Malvinas. Gran Bretaña niega los derechos de soberanía sobre las islas que los organismos internacionales nos reconocen, a partir de una situación de fuerza sostenida por casi dos siglos y reforzada por la victoria militar de 1982. Por último, la causa de Malvinas nos afecta como ciudadanas y ciudadanos y nos compromete como enseñantes. El aula es el ámbito en donde queremos abordar el tema, analizar las representaciones forjadas en el pasado, conocer las razones que fundamentan el reclamo argentino, valorar el papel desempeñado por hombres y mujeres en la lucha por la defensa de nuestros derechos soberanos y reconocer el estado de situación actual del conflicto. Dar lugar en nuestras cátedras a la Guerra de Malvinas, a su historia y a su presente es cumplir con el mandato de la Ley de Educación Nacional, la cual en su artículo 92 señala que deben formar parte de los contenidos curriculares comunes a todas las jurisdicciones, “la causa de la recuperación de nuestras Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, de acuerdo con lo prescripto en la Disposición Transitoria Primera de la Constitución Nacional.” Tenemos el deber, el derecho y la necesidad de recordar y enseñar la causa de Malvinas en nuestras aulas. Las y los invitamos a compartir esta tarea.
Equipo de la Dirección Provincial de Educación SuperiorProvincia de Buenos Aires. Dirección General de Cultura y Educación. Región 5.
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